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22/12/2016
El cambio tecnológico y el auge de nuevas formas de comunicación, hace que se generen desde la educación, reflexiones sobre el impacto de estas nuevas herramientas de comunicación, tanto en los comportamientos como en los procesos de pensamiento de todos los grupos humanos.
La tecnología está entrando en el sistema educativo formal, alterando la esencia de los sistemas educativos tradicionales. Ante este cambio social y cultural, en donde las nuevas tecnologías y medios de comunicación social, ocupan un papel preponderante, se hace indispensable la reflexión sobre el uso de las mismas en los espacios áulicos. Estas, permiten variedad de formas de interacción entre los agentes educativos, influenciando de manera directa los roles de los mismos y haciendo necesario su inclusión en los procesos curriculares.
El desafío es comenzar a pensar nuestras propias prácticas. En este punto se puede evidenciar que: “cada docente debe transformarse en un diseñador, gestor, animador y asesor de experiencias de aprendizaje no condicionadas por el horario, por la distancia o por sus propias limitaciones personales” (Sánchez Zinny, 2006). Pero el estudiante también debe convertirse en el principal actor de su formación; comprometerse con el modelo de estudio propio, planificar sus tiempos, adquirir autonomía con el conocimiento, es decir ser capaz de construir nuevo conocimiento con el uso de tic, con capacidad para trabajar individualmente y cooperativamente; por lo tanto un estudiante proactivo en la búsqueda y construcción del conocimiento. El estudiante y el docente deben ser generadores dinámicos en la construcción del conocimiento.
Las TIC son el conjunto de tecnologías que permiten la adquisición, producción, almacenamiento, tratamiento, comunicación, registro y presentación de información, lo más importante de las TIC en la escuela, es darle el uso adecuado y se requiere que quienes intervengan en este proceso estén suficientemente formados.
De igual manera para la integración efectiva de las tecnologías de la información y la comunicación en el proceso de enseñanza aprendizaje en la escuela se deben tener en cuenta los siguientes aspectos: capacitación docente en el uso de TIC, infraestructura de TIC y los recursos digitales a los que se tiene acceso. Los ajustes en la estructura y cultura institucional, enfocados sobre todo en el fortalecimiento tanto de las competencias pedagógicas como en TIC por parte de los docentes, tendrán un alto impacto en el logro de una visión expresada en términos de mejora substancial en los logros de aprendizaje de los estudiantes. Es desde este lugar que como institución, nos proponemos generar en los equipos docentes un espacio de capacitación y abordaje sobre el uso de tic en el aula, entendiendo que sólo ahondando en el escenario tecnológico en el que se desenvuelven a diario nuestros estudiantes, podremos acercarnos a ellos y desplegar las estrategias precisas para promover un aprendizaje genuino y significativo, que responda a la demanda de la sociedad de la información en la cual estamos inmersos.
La necesidad de promover el cambio, darle un valor agregado a la propuesta pedagógica institucional, conlleva a diseñar un plan de acción partiendo del convencimiento de que Las TIC se han convertido en un eje transversal de toda acción formativa y casi siempre tendrán una triple función: como instrumento facilitador de los procesos de aprendizaje (fuente de información, canal de comunicación entre docentes y estudiantes, recurso didáctico...), como herramienta para el proceso de la información y como contenido implícito de aprendizaje (los estudiantes al utilizar las TIC aprenden sobre ellas, aumentando sus competencias digitales).
El desarrollo de las TICs en el ámbito educativo, no trae verdaderos beneficios si el centro de la atención radica meramente en la tecnología, sino que debe centrarse en como las TICs pueden ayudar los procesos de enseñanza- aprendizaje. “Las TICs no son un fin en sí mismo, sino un medio para adquirir competencias y habilidades”.
